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9,45 €"Retumbar de botas claveteadas en el cemento del patio, con producción de chispas fugaces. Cuarto de vuelta al salir del cuartel e inicio de la marcha por el camino empapado, bordeado de álamos. En un batallón disciplinario, las conversaciones y las canciones están, naturalmente, prohibidas; individuos de cuarta categorÃa no pueden aspirar a los privilegios del soldado alemán. Como tampoco tenÃamos derecho a llevar el águila o los otros sÃmbolos de honor: solo llevábamos, en la manga derecha,
una cinta blanca -¡ y que siempre debÃa permanecer blanca!- cruzada por la palabra SONDERABTEILUNG en letras negras.
Como debÃamos ser los mejores soldados del mundo, todas nuestras marchas eran marchas forzadas. En menos de un cuarto de hora estábamos cubiertos de sudor, nuestros pies empezaban a calentarse y abrÃamos la boca para poder respirar, pues la nariz por sà sola resultaba rápidamente incapaz de suministrar- nos una cantidad de oxÃgeno suficiente.
El correaje y el fusil impedÃan que la sangre circulara normalmente en nuestros brazos, produciendo la hinchazón de los dedos. Pero para nosotros todo eso no era más que una insignificancia.
PodÃamos realizar una marcha forzada de veinticinco kilómetros sin experimentar la menor molestia".