Probablemente ya conozcas esta historia. Estoy segura de que sí.
Está ese viejo banquero, llamado Ebenezer Scrooge, que andaba por ahí mientras gritaba todo el tiempo: «¡Qué insensatez!». Una Navidad, lo visitan los Fantasmas de la Navidad Pasada, Presente y Futura y, a la mañana siguiente, se despierta completamente aterrado y se dice a sí mismo: Esta es mi oportunidad. Puedo cambiar mi futuro. Es ahí cuando comienza a regalar todo su dinero, le regala un ganso navideño a un niño inválido y grita «¡Feliz Navidad!» desde los tejados a todo el mundo. Se supone que luego de dar un giro radical en su vida, vive feliz para siempre.
Es una linda historia, supongo, ¿no?
Sin embargo, eso no es lo que me sucedió a mí.
Mi versión de la historia es un poco más complicada.
Vamos, sé que quieres conocerla? Léeme y entérate cómo fue mi segunda vida. Sé que quieres estar listo para cuando los Fantasmas te visiten a ti.
En noche buena, hace cinco años, a Holly Chase la visitaron los tres Fantasmas de la Navidad, para mostrarle cuán egoísta y caprichosa se volvería en el futuro. La intentaron convencer de que tomara otro camino. Cuando aún estaba a tiempo de hacerlo.
Pero a Holly Chase no le importó.
Y luego, Holly Chase murió.
Ahora se encuentra atrapada, trabajando para una compañía ultrasecreta llamada Proyecto Scrooge, como el último Fantasma de Navidad del Pasado.
Todos los años, los Fantasmas salvan a otro miserable cascarrabias. Lo ayudan a cambiar su vida. Y todos los años, Holly Chase vuelve a ver cómo su familia y sus amigos continúan con su existencia sin ella. De momento, la segunda vida de Holly Chase no ha sido más que una mierda.
Pero este año, todo está a punto a cambiar.
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