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19,00 €Unas palabras para la faja
Hola, soy Miguel Noguera. Me piden que escriba unas palabras para la faja. Creo que está bien empezar con un pequeño discurso para calentar motores. No escribo esto contra mi voluntad. Estoy muy contento de poder disponer de un espacio previo en esta periferia desechable. La editorial no ha tenido que forzarme, en serio, lo hago de buena gana. Aun asÃ, Blackie Books es una editorial oscura. Sus libros funcionan como una especie de pastelito podrido. Cada libro es una nueva trampa, un reclamo siniestro. Mirad si no cómo llaman la atención sus portadas en las librerÃas. Hay algo sucio en todo esto. Yo sólo digo que tengáis cuidado con estas editoriales tan "alegres", no os dejéis engañar, a veces privilegian la forma sobre el fondo; cuidado ahÃ. La editorial Alianza, por poner un ejemplo, es mucho más seria, con esa colección de bolsillo que editan eternamente: millares de libros muy buenos, libros imprescindibles. Eso sà que es fair play. Pero lo que hacen estos cabrones de Blackie Books no tiene nombre. En realidad he sacado a relucir la editorial porque quiero explicaros un sueño que tuvo Jan MartÃ*, el editor jefe. Sé que hablar mal de los editores de tu libro es inapropiado, pero explicar lo que sueñan es dar un paso más, es una aberración muy fina, como un incesto raro. De todos modos, el sueño de Jan Martà contenÃa un concepto que vale la pena rescatar. En el sueño, unos cientÃficos americanos construÃan una gran nave espacial con forma esférica. La nave despegaba y resultaba ser más grande que la Tierra misma.
Es imposible, ¿no? Esta imagen hace aguas, no me jodáis. Pero no deja de ser un concepto muy bello: construir en la Tierra una nave más grande que la Tierra. Cuando la nave ya estaba en el aire, se le desprendÃan piezas enormes de chapa, grandes como paÃses, y caÃan sobre la Tierra. Entonces el Estado enviaba un sms masivo a la población en el que informaban que todo estaba perdido e instaban a los habitantes a dormirse: "Duérmanse, no tiene sentido vivir esta catástrofe". Es lógico, ¿no? Es lógico que el Estado lance este tipo de mensajes ante una hecatombe. "Duérmanse, mejor que esto les pille dormidos". Os juro que esto lo soñó un dÃa el editor jefe**. Pobre loco.
* "Jan": Fijaos que este nombre ya opera como uno de los libros que edita. "Jan" es como un pequeño anzuelo, una seducción imperceptible. "Jan", con esa J afilada... ** También me contó que en sus pesadillas la gente tiene la piel pastosa, hecha de paté, y la cara se les desmenuza al acariciarla. Pensad en esto cuando veáis el próximo libro que publiquen, no sé, estableced puentes extraños. Ya os digo que no son tan buena gente.
Miguel Noguera y el Ultrashow
SÃ, soy Miguel Noguera. Nacà en Gran Canaria en 1979. De los tres a los dieciocho años residà en Mallorca, luego me mudé a Barcelona para estudiar Bellas Artes y me quedé allÃ, vamos, que ahora vivo en Barcelona, ¿entendéis? No regresé a la isla, fijé mi residencia en Barcelona, y sigo en Barcelona, claro, porque decidà no volver a Mallorca... (ocupar parte de la faja con esta aclaración ridÃcula). Desde hace seis años llevo a cabo una especie de monólogo-conferencia llamado Ultrashow, en el que explico mis ideas durante una hora. Las explico una tras otra, sin importar demasiado el orden. En cada Ultrashow caben unas treinta ideas. Algunas se explican con una frase corta, otras requieren varios minutos y en otras me gusto más -Noguera se está gustando-, e introduzco coñitas adicionales de puro gozo, me hago el gracioso, sÃ, pero más o menos funciona. Cuando estoy fino pienso que lo que hago no está tan mal. Siempre recurro a las dichosas ideas, ya sea para un Ultrashow, un artÃculo, o este libro. Reviso mis libretas y escojo las que me apetece explicar. Siempre la misma jugada. Las ideas se me ocurren de repente, quiero decir, no me siento en una mesa con lápiz y papel y me pongo a pensar apretándome el entrecejo, no, no se dan escenas de estreñimiento. Capto más ideas si voy a la compra, veo Telecinco, espÃo en la cafeterÃa o echo unas risas con los amigos... Asà a uno se le ocurren muchas cosas. El truco está en localizarlas y apuntarlas, porque son tan superficiales que se olvidan enseguida, realmente son como sueñecitos estúpidos. Aun asÃ, pienso que hay mucha belleza en la bobada desatada. No ensayo el Ultrashow en absoluto, sólo llevo apuntados los tÃtulos de las ideas. Es muy agradable introducir un rasgo de conferencia, una divagación en el vacÃo, sin gags o estructuras narrativas preparadas. Es importante que el Ultrashow se diferencie del espectáculo